La Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo legítimo difícil que, para acogerse a él, es recomendable contar con la concurrencia de abogados especializados.
En la primera escalón ante el fedatario no es obligatorio comportarse con abogado pero sí es totalmente aconsejable para que la documentación que se prepare esté completa y la solicitud no sea rechazada y para que, la negociación con los acreedores, sea conveniente.
Es importante destacar que es necesario cumplir ciertos requisitos para acogerse a esta opción, como el compromiso de pago de las deudas contraídas y la enunciación de insolvencia.
Esta opción implica la liquidación total del patrimonio para hacer frente a las deudas, pero una ocasión se lleva a agarradera, se cancelan todas las deudas pendientes, menos aquellas deudas garantizadas.
El objetivo de esta calidad, como bien expone el preámbulo de la misma, no es otro que permitir que una persona física natural o patrón, a pesar de haber sufrido un fracaso económico empresarial o personal, tenga la posibilidad de reconducir nuevamente su vida e incluso emprender nuevas iniciativas, sin tener que arrastrar indefinidamente una deuda contraída que nunca podrá Abogados Cancelación de Deudas Barcelona satisfacer.
Convocará a una reunión entre acreedores, deudor y mediador concursal para intentar conservarse a un acuerdo
Aunque ambas leyes tienen el objetivo de ayudar a particulares y empresas en dificultades económicas, existen diferencias importantes entre ambas:
En algunos casos, para poder liquidar las deudas pendientes, puede ser necesario liquidar el patrimonio del deudor, lo que puede suponer la pérdida de riqueza materiales.
Una de las mayores ventajas de la Calidad de Segunda Oportunidad es la posibilidad de detener total o parcialmente las deudas pendientes.
En este caso, se pueden aplicar las mismas opciones para abolir deudas mencionadas anteriormente, como la cancelación total a cambio de aniquilar el patrimonio o la cancelación parcial a cambio de un plan de pagos.
Un autónomo con una deuda de más de 200.000 euros con Hacienda y la Seguridad Social logró cancelarla por completo gracias a la Ley de Segunda Oportunidad y un plan de pagos.
En la Condición de Segunda Oportunidad, el deudor puede anular sus deudas de forma parcial o total, pero en la calidad concursal se rebusca la reestructuración de la empresa en crisis.
Debe comportarse de buena Convicción, lo que significa que no puede acaecer realizado la energía fraudulenta para aumentar la deuda o acogerse a la ralea.
Aunque cada momento ocurra en menos ocasiones, sigue habiendo gente con la idea interiorizada de que una situación de insolvencia supone un fracaso social y personal. Temen por ello acertar el paso y exponer lo que ven como un estigma: asociarse públicamente a una crisis de impagos.